viernes, 29 de noviembre de 2013

Aviones de papel

"Lectura" ilustración de Nicole Wong. Imagen procedente de
 http://bibliocolors.blogspot.com.es/2013/11/nits-dinsomni-noches-de-insomnio.html
Cuando viajo, me pasa que en algún momento, normalmente hacia el tercer día, la excitación de estar en un lugar nuevo decae y deja paso a un sentimiento de melancolía, casi de orfandad. Me siento cansada y fuera de lugar    (fuera del hogar también) y me doy un poco de pena.
Entonces sé que necesito una toma de tierra y a mí las tomas de tierra me las proporcionan los libros. Dadme una larga hilera de títulos, páginas y chifladuras que a alguien se   le ocurrieron y será como estar en casa. Por eso, contra esos momentos de saudade (que es la nostalgia del terruño, por si alguien no lo sabe), yo me busco mi aspirina: una librería calentita -o con aire acondicionado, si es verano-, y allí me dan las tantas, leyendo primeras páginas y cuentos enteros y versos de poetas de nombre impronunciable. Es un viaje dentro del viaje para acordarme de quién soy. Y una oportunidad de encontrar el tesoro que voy buscando siempre por esos mundos.
Nunca regreso de unas vacaciones sin un libro nuevo, sea en la lengua que sea. Es un pequeño ritual, que, luego, semanas o meses después, concluye en mi cama, en una de esas mañanas del fin de semana en que me digo “hoy me quedo aquí y a la realidad que le den”. Hojear o leer en la cama, con tiempo por delante, un libro que compré lejos es, sencillamente, una de las cosas que más me gustan en la vida. Los libros son un pasaporte, una alfombra voladora, y hoy, que es el día de las librerías, se me ha ocurrido que esas tiendas son para mí como aeropuertos de donde salen aviones de papel que van de mi casa a todo el mundo y de todo mundo a mi casa. Un lujo de aeropuertos, sin policía ni Ryanair ni controles ni tonterías. ¡Larga vida a esos azafatos de vuelo que son los libreros de vocación, ancho cielo despejado y largas travesías sin turbulencias para ellos!.

martes, 26 de noviembre de 2013

Mudanzas y añoranzas

 
Hoy es mi cumpleaños. También sería el cumpleaños de Pippi Langstrump, si ella gastara de eso. Y el de Tina Turner, aunque las mujeres de bandera como Tina tampoco cumplen años. Y  Charles M. Schulz, el creador de Charlie Brown, si no hubiera muerto hace ya trece años, celebraría hoy sus 90.


Me encantaría dedicarles un post extenso a cualquiera de ellos (sí, incluso Tina Turner podría tener cabida, ya que aparece mencionada en el segundo título de Pequeña historia de Roc, una colección de libros para niños donde los grandes del pop y del rock juegan un papel destacado). Pero estoy en plena mudanza, rodeada de cajas, subiendo y bajando escaleras, preguntándome cómo he podido acumular tantos trastos en apenas...estooooo...unos años de vida. Y no estoy para posts. Todo lo más para un rápido copy paste.


Aunque, pensándolo bien...

Dear Sr. Schulz, por aquí se dice que no fue usted muy feliz, lo cual espero sea una mentira facilona para vender más libros. Anyway, hizo las cosas muy bien, nos dejó un espejo en el que mirarnos (y reírnos de nosotros mismos) y un tesoro de ocurrencias que son mil veces mejores que la visita al terapeuta. Espero y deseo que allá donde esté haya perros y problemas sobre los que sigue dibujando cada día. xxx Peggy Jean.
 

jueves, 21 de noviembre de 2013

Vestir al rey (o a la reina)

Varias amigas mías están embarazadas o han sido madres hace poco (¡la humanidad no se extingue, ni mucho menos!) y estos días ando enfrascada buscando regalos que sean prácticos y bonitos y, a la vez, tengan cierto sello personal. Como tengo fama de ser una chalada de los cuentos y no quiero desmerecer ese título, he pensado en buscar ropa de bebé cuya inspiración sean los cuentos infantiles. Pero no me atraen para nada las princesas rosa ni los príncipes azules, así que la cosa entraña cierta dificultad...Afortunadamente, difícil no significa imposible, por lo que he acabado encontrando algunos productos interesantes, que comparto con vosotros, por si alguien tiene un compromiso o se anima a tener un hijo con la que está cayendo.

En primer lugar, quiero hablaros de Kambakids, una empresa de Barcelona que confecciona de manera artesanal ropa infantil y complementos con telas de estampados africanos. “Kamba” significa “niño” en morée, el idioma de Burkina Faso, y las prendas se cosen en talleres de ese país mediante un proyecto de cooperación que asegura salarios y condiciones laborales justos para los artesanos. Nada que ver con los cuentos, si no fuera porque cada prenda se vende acompañada de un cuento inspirado en los motivos del estampado (preciosos todos ellos, como era de esperar).



Además, he encontrado una tienda online, "Du pareil...a même", especializada en ropa para niños de 0 a 14 años, con un catálogo muy extenso a precios muy razonables (y que incluye una colección de ropa para bebés hecha en materiales ecológicos - tal vez la mejor opción después de la de ir desnudo-). La particularidad que aquí nos atañe es que las ilustraciones con que se decoran las prendas son muy bonitas y sugieren cuentos en sí mismas. Sobre el hecho de considerar "niños" a tiarrones de 14 años no me pronuncio.
 
También quiero mencionar los bodies, camisetas y pañaleras de Mmmfantasíadealgodón. Son prendas 100% de algodón que reproducen litografías e ilustraciones de libros de cuentos antiguos (como la Caperucita de Gustav Doré o el conejo de Alicia en el País de las Maravillas de John Tenniel). Parecen muy cómodas y una buena manera de introducir a los niños en el universo de los clásicos (“¿Qué prefieres hoy? ¿el Flautista de Hammelin o la calabaza de Cenicienta?”). Se venden en Etsy. 

Finalmente, Alhambra García, de Granada, realiza estampados por encargo mediante técnicas de gutta o batik, sobre todo tipo de prendas y ropa de casa, con un estilo vistoso, depurado y colorista. Os recomiendo visitar  su blog  y proponerle cualquier ocurrencia, seguro que lo borda (lo pinta).
 
¡Ah! Y un truco para que este cuento de la ropa para bebés tenga un final feliz: ¡Percentil!. Percentil es un portal de compra-venta online de ropa casi-nueva para niños. Una manera cómoda y eficaz de darle un respiro a este planeta colapsado. En este video se explica claro, colorín y colorado.

Nota: Si no lo especifico, las fotos proceden de los sitios mencionados en el texto. 

domingo, 17 de noviembre de 2013

La luna va a su bola

¡Qué grande es Ricardo Siri Liniers! Un día le dedicaré una entrada, aunque lo voy retrasando porque...¿qué digo?. Hay tanta riqueza en su imaginario. Es tan gracioso y profundo, con ese humor absurdo y melancólico de los humoristas de verdad, que no sé ni por dónde empezar. Así que, by the moment, me limito a robarle sus tesoros.



Y esta vez la verdad es que me viene al pelo porque el hombre es un lunático de cuidado y son muchas las viñetas que le ha dedicado a la luna. A la luna en todas sus fases, pero, sobre todo, a una luna redonda y grande como la de hoy.      

Así que aquí os dejo algunos dibujos suyos para que si miráis la luna esta noche (si se deja ver, claro) os acordéis de esto: la luna habla de MUERTE, AMOR y MISTERIO. Pero no como en un culebrón venezolano, no. La luna habla de esos temas como lo hacen los poetas, sin que lo entendamos todo, a su bola.
Nota: todas las viñetas de Liniers proceden de https://www.facebook.com/porliniers/photos_albums

jueves, 14 de noviembre de 2013

Paz en el mundo y bonitos vestidos


Imagen procedente de
 http://www.flickr.com/photos/stamps-selos-franco-timbre-bollos/7685962758
Hoy sería el cumpleaños 106 de Astrid Lindgren (Småland, 1907-Estocolmo, 2002) . ¡Que viva Astrid! ¡Que viva Pippi y los niños de Bullerbyn! Adoro a Astrid Lindgren, ¿qué más puedo decir? En sus libros para niños y adolescentes se reveló como una mujer lista, libre, digna y nada cursi. Además, si es cierto que el deseo que formuló en su último cumpleaños fue “paz en el mundo y bonitos vestidos”, cabe pensar que mantuvo la lucidez hasta el final.

Astrid creció en una granja y parece ser que tuvo una infancia feliz (lo cual desmiente el tópico de que una niñez desgraciada es requisito del buen escritor). En su juventud, en cambio, la vida se le complicó un poco: fue madre soltera a los 18 años y las penurias económicas la obligaron a dejar por un tiempo a su hijo con una familia de acogida. Más adelante, casada y madre ya de dos niños, se dedicó a la escritura, labor que simultaneó durante décadas con su trabajo como editora de libros infantiles en Raben&Sjögren. Explico esto porque me parece admirable -e increíble- que sacara tiempo para todo: ocuparse de su familia, tener un trabajo y desarrollar una carrera creativa...¡ahí es nada, Astrid!.


Astrid Lindgren escribió cuentos que se publicaban en revistas, novelas y guiones para series de televisión y si alguien quiere empezar a seguirle la pista, aquí encontrará información detallada sobre su producción y abundante bibliografía.
Por mi parte, hoy voy a dejar hablar a otros que, como yo, también se han sentido tocados por la obra y el talento de esta mujer. Por ejemplo, en este enlace encontraréis una buena reseña de Los hermanos Corazón de León, un libro menos conocido en España que otros de la autora y que, sin embargo, me consta que deja un recuerdo imborrable en quienes lo han leído. Trata acerca de dos hermanos que, tras su fallecimiento, se encuentran en un lugar más allá de la muerte donde viven aventuras y se enfrentan a un gran tirano.
 
Y aquí hay un comentario sobre Los niños de Bullerbyn, una serie de libros que me encanta y me hizo mucha compañía cuando era niña (¡qué le vamos a hacer! Yo ya nací echando de menos los paraísos perdidos).

Otro ejemplo: este artículo de Tiina Meri contiene una interesante disertación sobre por qué Pippi Langstrump ha sido una figura de referencia para las mujeres en las últimas décadas y ha contribuido positivamente a la causa del feminismo.
Y, finalmente, en este texto, el autor, David Wiles, recuerda la faceta de Lindgren, la escritora sueca más traducida y más universalmente famosa de su país, como creadora de opinión y mujer comprometida con unos valores humanitarios y ecologistas.
En fin, ahora me voy a hacer otras cosas, para ser un poquito más como Astrid y mejorar mi nivel de eficiencia.
¡Paz en el mundo y bonitos vestidos para todos!

Nota: Las reproducciones de sellos sin leyenda proceden de http://es.123rf.com/ (archivo de imágenes libres de derechos).  

domingo, 10 de noviembre de 2013

A veces, subo una torre y me enamoro de un hombre sin nombre

Tener un blog es como tener una vida: mientras buscas una cosa, encuentras otras que, a veces, hasta te gustan más. Hace unos días, sin ir más lejos, estaba yo buscando cierto poema que no voy a decir (estaría feo) para dedicarle una entrada a su autor, cuando me encontré con otro que me robó el corazón. De hecho, con dos. Dos poemas de Pedro Mañas (Madrid, 1981), poeta ganador del Premio Internacional de Poesía para Niños Ciudad de Orihuela en su edición de 2009.

Ilustración de Silvina Socolovsky para el libro Ciudad Laberinto (Ed. Kalandraka, 2010)
El primero no es que sea un poema (o no sólo). Es una escalera, para subir y bajar. Bajar y subir y subir y bajar...

"Poema rascacielos:

(para leer de abajo arriba)

me vuelvo al suelo.
y ahora rima que rima
del rascacielos,
He llegado a la cima,

siempre hacia arriba.
voy leyendo el poema
tan llamativa,
Voy subiendo esta torre
y no me retraso.
voy leyendo el poema
pasito a paso,
Voy subiendo la torre

y no me sofoco.
voy leyendo el poema
poquito a poco,
Voy subiendo la torre

y voy a escalarla.
He encontrado una torre
de piedra y palabras.
He encontrado un poema"

El segundo habla de un hombre al que le falta algo (o más bien de todo):

Ilustración de Silvina Socolovsky
Hombre sin nombre
En mi ciudad hay mil barrios.
En cada barrio hay cien calles.
En cada calle hay diez casas.
En cada casa hay un hombre.
¿Y a este hombre que le pasa?
Pues le pasa (no te asombres)
Que nadie sabe su nombre,
Ni le escribe, ni le abraza.
Le pasa que no le conocen
Ni en su calle, ni en la plaza.
Le pasa que no tiene patio,
Ni ventana, ni terraza.
Le pasa que nada le pasa
Al hombre que vive enfrente
De la puerta
De tu casa.
 
 
De Pedro Mañas, autor de este poemario estupendo (Ciudad Laberinto, Editorial Kalandraka, 2010), apenas he podido saber algo más que su nombre. Para los curiosos, aquí hay una entrevista, pero es del 2008. Aunque una cosa está clara: cuando escribe Pedro, donde pone el ojo, pone la bala.
Silvia Socolovsky, por su parte, ilustradora del volumen, realiza un  trabajo también  digno de un arrebato consumista...¡Tiembla cerdito-hucha!.

miércoles, 6 de noviembre de 2013

Libro libre

Cada día que pasa creo menos en los cuentos chinos y más en los cuentos a secas. Esas teorías en boga sobre moldear el futuro a fuerza de visualizaciones, confiar en los milagros y en que tus deseos se cumplirán si (y sólo si) los formulas de cierta manera (¡no uséis el adverbio “no”, por Dios!) se me están empezando a atragantar. Llamadme descreída, pero para mí es evidente que todo el Universo NO conspira para que se cumplan nuestros sueños (en mi barrio, por lo menos, no conspira mucho).
 
En los cuentos de hadas, en cambio, sí que creo. Los protagonistas de esas historias se enfrentan a retos muy difíciles (orfandad, pobreza, abandonos en el bosque, madrastras asesinas, bestias mitológicas, encantamientos y maldiciones, entre otros). Pero salen victoriosos. Y eso es gracias, fundamentalmente, a que: a) se mantienen fieles a su propósito -el que sea-, b) son amables y, por ello, encuentran aliados que les ayudan y c) aprovechan las oportunidades en cuanto surgen.
 
Yo, a estas alturas de mi vida, ya probé lo de invocar a los espíritus y escribir mi lista de deseos en papelitos la noche de Fin de Año, así que ahora creo más en este modo de proceder, a lo Pulgarcito, a lo Juan de las habichuelas mágicas.
 
Todo esto lo digo porque mañana sonarán las doce campanadas para Vanessa Ravira y sabremos por fin si La ciudad de los amantes, su primera novela, va a poder publicarse o no.

Yo espero (y supongo) que sí, porque a Vanessa madera de heroína de cuento -perseverante, amable y decidida- no le falta.

Pero, por si acaso aún necesita un ayudita, aquí tenéis el enlace de la campaña de crowdfundind en la que todavía podéis participar, porque ser hados padrinos y hadas madrinas, de vez en cuando, también hace ilusión.

¡Ay, Vane! ¡Qué ganas de que La ciudad de los amantes sea libre y sea libro!!!
 



lunes, 4 de noviembre de 2013

Luz de sombra derramada (thanks, Lou Reed)

Iba a decir que la cuentoterapia es una terapia novedosa que consiste en utilizar los cuentos con fines de autoconocimiento y sanación, pero eso no es verdad. La cuentoterapia, en realidad, es antiquísima, aunque sea mérito de Lorenzo Hernández Pallarés el haber acuñado el término y, junto a un pequeño grupo de psicólogos y especialistas, haber sentado las bases de esta disciplina.

Esto tendría muy poco que ver con Lou Reed (Nueva York, 1943-2013), quien nos ha dejado hace unos días, si no fuera porque en el último taller de Lorenzo al que asistí en Barcelona, “Lo rechazado. El encuentro con la sombra”, tratamos acerca de algo sobre lo que Lou sabía un montón: nuestra relación con el lado salvaje de la vida. 

Caratula frontal del álbum Lou Reed-Transformer (1972)
El concepto sombra, sobre el que no voy a    extenderme -porque, además de escribir un blog, intento tener una vida-, es hoy en día harto familiar para las personas que frecuentan la lectura de textos de psicología y autoayuda. También es un concepto muy antiguo y muy presente en la cultura occidental (la eterna lucha entre el Bien y el Mal, que tanto bien y tanto mal nos ha hecho, está en la Biblia, sin ir más lejos, y tiene mucha relación con esta dualidad que implica la existencia de la sombra). En psicología, grosso modo, la sombra es lo que su propio nombre indica: una zona oscura, no alcanzada por la luz, cuya forma muestra de, manera más o menos distorsionada, la misma silueta del cuerpo que la proyecta. Es decir, que la sombra de un individuo vendría a ser él mismo, pero en la tiniebla y deformado, y estaría integrada por rasgos de personalidad ocultos o reprimidos. Estos rasgos, ojo, no son necesariamente negativos. Alguien que haya, por ejemplo, crecido en un entorno donde se evitaba el contacto físico, no se manifestaban emociones como el cariño y haya interiorizado esto como positivo, puede albergar en su sombra una capacidad para dar y recibir afecto totalmente inexplorada.- En fin. Espero que Carl Gustav Jung no se revuelva en su tumba por esta explicación tan somera-.

A lo que iba: la sombra, su reconocimiento, la lucha contra ella, la integración de la misma, etc...se diría un asunto exclusivamente adulto, algo a lo que nos enfrentamos cuando ya tenemos una edad. Sin embargo, contra todo pronóstico, es un tema muy caro a los autores de literatura infantil y juvenil y lo encontramos, con intención y resultados diversos, en los cuentos de hadas tradicionales, en cuentos de autor como Peter Pan y Wendy, Las aventuras de Pinocchio o El Mago de Oz, y en novelas juveniles contemporáneas (toda la saga de Harry Potter, por ejemplo, abunda, en su trama y subtramas, en este encuentro del héroe con su lado oscuro). Y tengo la impresión de que esto es así no por casualidad, sino porque acaso ésta sea la lucha definitiva. Sólo quien se mira al espejo y tiende la mano a su reflejo distorsionado puede obtener el tesoro que le está destinado (las perlas de la sabiduría, el collar sagrado, la corona). 

Y ahí es donde, por fin, regresamos a Lou Reed, esa tenebrosa aparición vestida de cuero negro, cuya música y vida artística, improbablemente hermosas, resuenan en nosotros como manifestación de la sombra en plenitud. Porque la sombra es de veras oscura, pero “permanece conectada con las profundidades olvidadas del alma, con la vida y la vitalidad; ahí (donde) puede establecerse contacto con lo superior, lo creativo y lo universalmente humano” (Liliane Frey-Rohn).
  
Así que, gracias, Lou, por tu sombra y por la luz de tu sombra derramada sobre nosotros.

Y ya no digo nada más, pero os dejo con una canción de Velvet Underground y su aSOMBRosa letra:

I'll be your mirrow (Seré tu espejo)

Yo seré tu espejo                                                         
Reflejaré lo que eres, en caso de que no lo sepas
Yo seré el viento, la lluvia y la puesta del sol
La luz en la puerta para mostrarte que estás en casa

Cuando pienses que la noche ha visto tu mente
Que dentro eres retorcido y cruel
Déjame quedarme para mostrarte que estas ciego
Por favor, baja las manos
Porque te veo

Me resulta difícil creer que no sepas
Lo bello(a) que eres
Pero si no, déjame ser tus ojos
Una mano en la oscuridad, para que no tengas miedo

Cuando pienses que la noche ha visto tu mente
Que dentro eres retorcido y cruel
Déjame quedarme para mostrarte que estas ciego
Por favor, baja tus manos
Porque te veo


Yo seré tu espejo
(Créditos: Lou Reed. Intérprete: Nico).


viernes, 1 de noviembre de 2013

La muerte son unos zapatos vacíos

Zapato-escultura de Gwen Murphy
Hace bastantes años asistí a un ciclo de conferencias sobre Surrealismo y Generación del 27. Nos hablaron de muchas facetas diferentes del movimiento y supongo que esto que voy a contar sólo ocupó unos pocos minutos del tiempo total de explicaciones. De hecho, Dalí no pertenece a la generación de poetas del 27, aunque fue su coetáneo y era inevitable hablar de él si se menciona a García Lorca. Total, que, no sé cómo ni por qué razón, de todo lo que nos contaron esos días sólo me acuerdo de esto: que a Dalí los zapatos solos, vacíos, le recordaban la muerte - la presencia de una ausencia-, una consideración que, más adelante, utilizaría en algunas de sus obras.

Desde entonces, ni que decir tiene, me dan un poco de mal rollo los zapatos -especialmente si me los encuentro fuera de su “habitat”, junto a un contenedor de basura, por ejemplo-. Pero también me emocionan de una manera como antes no me ocurría, porque todo lo que habla de la muerte (restos óseos incluidos) habla también de la vida que una vez hubo y de la que formamos parte ahora en un devenir continuo.

Cuento esto porque en julio del 2012 tuve oportunidad de participar en el primer curso de “Cuentos, metáforas y guion de vida” impartido por Jordi Amenós en el Institut Gestalt de Barcelona y fueron cinco días intensos y bonitos, llenos de descubrimientos, en los que mis compañeros y yo pudimos explorar nuestro propio cuarto trastero de las metáforas. Para un día especial como el de hoy, os invito a realizar un pequeño ejercicio de creación de metáforas que aprendimos entonces. Se trata simplemente de formular oraciones como las que siguen, preferiblemente en parejas (de manera que uno de los miembros proponga al otro el sujeto de la comparación de forma sorpresiva):
  1. Para mí la muerte/la vida/ mi vecino/ mi abuelo/ mi trabajo ES COMO...
  2. Y eso SIGNIFICA para mí...
  3. Y eso ME HACE SENTIR... (aquí, las respuestas “bien/mal/fatal/regular” están vetadas. Hay que dar con un adjetivo preciso).
Cerrad los ojos, dejaos llevar por la imaginación (y por lo que está más allá de la imaginación) y ¡ya me contaréis!.

 
PD: "El hombre ama, y ama lo que desaparece". W. B. YEATS.