viernes, 13 de mayo de 2016

Un país de cuento

Pintura de Eva Armisén

Hace ahora más o menos un año, estaba yo trabajando en un instituto en el que tuve la oportunidad de hacer algo que los profesores interinos no solemos poder hacer: fui de acompañante en el viaje de estudios de mis alumnos de 3º de ESO. Viajamos a un refugio en las montañas de Huesca, no muy lejos de Aínsa, un sitio que se llama Bujaruelo y que os recomiendo fervorosamente. Allí pasamos seis días  haciendo excursiones, escalada, rafting, arborismo y rutas guiadas por el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido. Volví a casa pensando en cómo podía apañármelas para regresar ahí cuanto antes. Es un lugar precioso, verde, lleno de misterio y vitalidad. ¡Quería quedarme en el Pirineo un mes entero!. 
Entonces uno de mis compañeros de trabajo me regaló un libro titulado Pirineo, un país de cuento (Editorial Pirineum, 2003) que había comprado en Jaca. Gracias a eso, en cierto modo, durante treinta días - porque el libro reúne treinta historias; una por cada día del mes, si te organizas-, volví a las montañas, a las calles empedradas de los pueblos y a la sensación de aventura, aunque sólo fuera por un rato diario antes de dormirme.
Y hace unos días, releí algunas partes del libro. Entre sus autores (es una antología) figuran escritores profesionales y  también periodistas, maestros de escuela, antropólogos y apasionados del paisaje y el paisanaje de los Pirineos; personas que dedican su vida - o al menos una parte importante de ella- a la narración tradicional y al folklore de su tierra. Así pude respirar de nuevo (y ya van dos veces) el aire de los bosques de hayas donde vive el arrendajo, el cielo abierto y los prados de alta montaña donde nos cansamos de ver marmotas y caminamos sobre la nieve. Cuando no tienes mucho tiempo ni dinero, un cuento es siempre la mejor opción de viaje.
Y otra cosa que me pasó mientras leía de nuevo esas páginas es que me acordé de la cuentacuentos Sandra Araguás, que es también de Huesca, y de la entrevista que le hicieron en febrero de este año los alumnos del CEIP Foro Romano (adjunto el video aquí abajo). Sus respuestas informan de muchas cosas pero, para mí, tal vez la más importante sea la explicación de cómo encuentra ideas para sus narraciones. Según Sandra, algunas de ellas son "regalos" que le hacen a cambio de que  siga contando a los niños esas historias que vienen del pasado (Araguás es compiladora, además de creadora). Yo a eso lo considero un buen trato. Que circulen los cuentos, que no se detengan, que, de una manera u otra, pasen de una generación a la siguiente.
Edvard Munch, el pintor expresionista, decía que la naturaleza no es sólo lo que vemos, sino que "muestra también las imágenes interiores del espíritu, las imágenes que se hallan atrás de la vista". Esa clase de naturaleza que emana y se percibe desde el interior es algo que podemos hallar en los cuentos de raíz; los que nos llegan desde ni se sabe cuándo, con su esencia intacta, aunque pulida y adornada por sutiles variaciones que han ido introduciendo a lo largo de los siglos los narradores que han mantenido vivo ese legado. Por esto, los relatos ligados a una tierra son también paisaje, gente y memoria. Un mapa del país y, en concreto, de esa región que no podemos ver (sólo) con los ojos.  


viernes, 6 de mayo de 2016

La gran aventura

Pintura de Daría Petrilli 

Alabanza de los sueños

En mis sueños
pinto como Vermeer van Delft.

Hablo fluidamente griego
y no sólo con los vivos.

Conduzco un auto
que me obedece.

Tengo talento,
escribo poemas largos, grandiosos.

Escucho voces
no menos que los grandes santos.

Se sorprenderían
de mi virtuosismo en el piano.

Floto en el aire como se debe,
es decir, por mí misma.

Si caigo del techo
puedo aterrizar suavemente en el verde césped.

No me es difícil
respirar bajo el agua.

No me puedo quejar :
he logrado descubrir la Atlántida.

Me complace que justo antes de morir
siempre me las arreglo para despertar.

Inmediatamente tras el estallido de la guerra
me vuelvo a mi lado favorito.

Soy, mas no necesito ser,
hija de mi tiempo.

Hace unos pocos años
vi dos soles.

Y antes de ayer un pingüino,
con toda claridad.

Wisława SZYMBORSKA 

(de  Si acaso -Wszelki wypadek-, 1975)