Hace unos meses anuncié que había dejado de fumar.
Me duró unas semanas el intento, hasta que un contratiempo me sacó
de mis casillas (eran unas casillas pequeñitas) y caí de nuevo en
las garras de los vendedores de humo. Luego, hace ahora 27 días,
decidí no irme más a por tabaco, no abandonarme más a mí misma y
a ver qué tal (por cierto, esto es algo que todos los fumadores
deberían saber: se pueden hacer tantos intentos como se quiera, no
es como un concurso de la tele. De hecho es al revés: sólo quedas
eliminado si no lo intentas).
La verdad es que no es fácil. Tampoco dificilísimo.
Se parece mucho a subir una montaña avanzando por una arista. A cada
paso, puede que te caigas; pero también puede que no pase nada y, de
ser así, cada vez estás más arriba y la vista es más bonita, los
pulmones se ensanchan, los músculos se fortalecen. Sólo que no
puedes pararte. Y a veces es agotador y a veces te despeñarías tú
sola para no tener que soportarlo. Pero se pasa.
Claro que, a medida que trascurren los días y la
fuerza del hábito va remitiendo, lo peor ya no es estar triste y
de mal humor; lo peor es no puedes hacer nada productivo con esos
sentimientos. Escribir, por ejemplo, el cielo está estrellado y
tiritan, azules, los astros a lo lejos....me parece ahora mismo una
proeza sólo al alcance de un fumador de puros empedernido. Todo lo
que implique un mínimo de concentración y de situarme en las
acostumbradas rutinas de escritura es $%&/*Ç!!! ¡Un paso de
montaña muy difícil!
En uno de esos foros de internet que ahora visito
para reafirmarme en mi decisión, leí un artículo ya antiguo
en el que Juan Marsé contaba que le costó mucho ponerse a escribir tras
dejar de fumar. Pasaron tres meses, un ciclo estacional completo,
antes de que fuera capaz de trabajar de nuevo. De sus palabras
deduzco que fue perseverante y se permitió a sí mismo esperar. La
mayoría no nos lo consentimos y recaemos en el vicio porque sentirnos
tan poco inspirados y ocurrentes nos resulta muy duro. Y eso a pesar
de que no somos Marsé y de que si no escribimos no hay un Pijoaparte
que nos eche en falta. Pero incluso un talento pequeñito, si no se
ejercita, causa un malestar grande. Un vacío.
Y esto me remite a uno de los libros que me compré
poco antes de acometer mi segundo intento de subir el Everest. Se
titula Vacío, precisamente, y es de la omnipresente
Anna Llenas (conste que no me molesta ver su obra en todas partes, al
contrario; pero me temo que no entiendo por qué unos autores buenos
tienen mayor predicamento que otros aproximadamente igual de buenos.
Si hay un editor en la sala que me lo explique).
Vacío (Barbara Fiore Editora, 2015)
describe lo que puede ocurrir cuándo tu mundo se derrumba; cuando
alguien o algo se va o se muere sin que tú estés preparado para
ello. En esa tesitura, puede que trates de llenar el vacío con
ilusiones y espejismos de cualquier índole. Vivimos en una sociedad
que nos provee abundantemente de productos, substancias, metas y
modelos con los tapar lo que sentimos y vivir distraidos. Pero, con
un poco de suerte disfrazada de crisis, puede que un día nos
desplomemos, hartos de todo, y, como hace la protagonista de este
cuento, empecemos a buscar la felicidad por donde se debe. Lo cierto
es que hay miles de cosas que nos entretienen y muchas de ellas,
además, nos esclavizan en mayor o menor medida. Cuando leí el libro
por primera vez fue como si alguien me dijera: el truco está en
sentirse libre y que, además, sea verdad.
Así que recomiendo la obra de Anna Llenas
para grandes y chicos. Para fumadores pasados, presentes y futuros
(¡no lo hagáis, chavales!), para comedores compulsivos y personas
desquiciadas en general. Si alguna vez te has sentido como un donut
con patas, éste es tu libro.
Y nada más. Me voy con mi mono a otra parte. Estoy tan
feliz ahora mismo de haber podido escribir todo esto.... En realidad,
si no me asomo mucho por aquí es que todo va bien y sigo escalando.
PD: Todas las ilustraciones de Vacío están tomadas de la web de Anna Llenas, donde podéis encontrar también una sección muy interesante de recursos gratuitos para trabajar el libro (descargables en PDF), para crear a partir de él y profundizar en el significado.