Imagen extraída de http://www.davederrick.com/quentin-blake-a-hero-of-mine/ |
Cuando era niña, tenía por costumbre
“mejorar” los cuentos. Quiero decir que si, por ejemplo, el
cuento hablaba de dos niños que se perdían en el bosque, yo, con mi
caligrafía de principiante, añadía algunos detalles que al autor
se le habían pasado por alto. Algo así: "Hansel y Gretel
empezaron a caminar por el bosque frondoso... 'Y
NO FUERON AL COLEGIO', 'ERA SÁBADO', etc..." (tengo que
decir que en esa época -5/6 años- envidiaba profundamente a esos
chavales, abandonados a su suerte, que gozaban del privilegio de no
ir nunca a la escuela. Mil veces hubiera preferido yo encontrarme con
un lobo que con la señorita Mª de Lluc). Luego me daba pena haber
pintarrajeado el libro con mis observaciones. Sobre todo porque, como
mi letra era tan grande y desligada, ocupaba un montón de espacio sin
haber llegado a decir todo lo que quería (¡con lo interesantes que
eran mis finales adicionales!).
Otra manera de “mejorar” cuentos
era intervenir en las ilustraciones. Con eso era muy prudente porque
lo habitual es que los dibujos fueran “PERFECTOS”. A lo mejor le
faltaban unas flores al campo o unos volantes al vestido de la
princesa, pero no me atrevía a mucho más. Eran TAAAAAN bonitas las
imágenes...
Ahora que soy mayor me parece que a mi creatividad tanta perfección no le sentaba bien. Por eso cuando, hace unos años, en Bolonia, encontré el libro de Quentin Blake y John Cassidy Drawing for the Artistically Undiscovered (en español Dibujo para artistas por descubrir , editado por la Editorial Catapulta, 1999), lo abracé primero y lo compré después con una ilusión directamente importada de mis seis años.
Ahora que soy mayor me parece que a mi creatividad tanta perfección no le sentaba bien. Por eso cuando, hace unos años, en Bolonia, encontré el libro de Quentin Blake y John Cassidy Drawing for the Artistically Undiscovered (en español Dibujo para artistas por descubrir , editado por la Editorial Catapulta, 1999), lo abracé primero y lo compré después con una ilusión directamente importada de mis seis años.
El libro ofrece la posibilidad de completar los
dibujos de Quentin, de inventar personajes divertidos; de crear, a
partir de lo creado, algo que sólo podrías haber hecho tú...Nada
más que por este volumen, ya se podría decir que Quentin Blake (Londres, 1932) es el más completo de
todos los ilustradores que existen, porque sus dibujos no son
"PERFECTOS” (término que etimológicamente significa “acabado”)
sino “CONDICIONALES" (lo que expresa la idea de algo que se puede cambiar al infinito, sin nunca agotar su potencial).
Pero es que, además, Blake es un
dibujante realmente dotado para la simplicidad aparente (“que es el
arte de ocultar el verdadero arte”- Marie L. Shedlock dixit-). En
toda su obra se hace patente esa cualidad, además del humor, la
vitalidad y una visión positiva de la vida. Y no se me ocurre qué
mejor regalo puede otorgarnos un artista que hacernos sentir que
también nosotros podemos, que querer es poder (es falso, pero
algunas mentiras son muy hermosas).
Aquí os dejo con una pequeña muestra de su trabajo más reciente
(el cual incluye proyectos para
paredes de hospitales, museos y otros espacios públicos...¡Dibujos a tamaño natural para poder entrar en su mundo más cómodamente!):
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