" A menudo, TRABAJAR MENOS significa trabajar
mejor.
Pero más allá del gran debate sobre la productividad se encuentra la pregunta probablemente más importante de todas: ¿PARA QUÉ ES LA VIDA?"
Carl Honoré, autor de Elogio de la lentitud (Ed. RBA, 2005)
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Ilustración de Francesca BuchkoSoy perfeccionista y ése es un rasgo de carácter que nunca se sabe si es defecto o virtud. Lo que sí puedo decir es que es algo que me da tantas satisfacciones como disgustos. Me siento bien cuando estoy al 100% en lo que hago; pero eso apenas sucede porque, para llevar a cabo una tarea a la altura de mis expectativas, necesito concentrarme y un tiempo del que casi nunca dispongo. Al menos durante el curso escolar, la sensación que me acompaña permanentemente es la de que las horas se me escapan y estoy demasiado cansada para terminar lo que empecé. De hecho, creo que, desde niña, me he considerado una tortuga en un mundo de liebres; un oso perezoso entre guepardos. Y ahora que soy profesora y me veo muchas veces espoleando a mis alumnos a ser más rápidos -"porque no tenemos tiempo", "porque vamos con retraso"- es todavía peor: me siento disfrazada, una impostora. Voy por ahí todo el día, corriendo de un lado para otro y quejándome de lo lentos que son los demás, cuando, lo que de veras me gustaría es...no hacer tantas cosas sin ganas y con estos agobios; sino con toda la atención y el cuidado, con toda mi alma de tortuga y mis maneras de oso perezoso.
Pedro Salinas, La voz a ti debida (1933).
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Blog personal sobre LIJ, álbumes ilustrados, experiencias lectoras y experimentos con las palabras.
viernes, 27 de marzo de 2015
Vísteme despacio...
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Interesante video, ya sé que hacer con el resto de mi vida ¡ dibujar un reloj que sea más sencillo que los dibujos hechos en 10 segundos ! ¿ pues hay mayor creatividad hoy en día que no ser creativo ?
ResponderEliminar"No hagas nada. Tu obra de arte eres tú"...
ResponderEliminarGracias por su consejo...pero creo que el diseño del reloj es más interesante que el diseño de mi vida...en primer lugar he pensado que podría simplificar el reloj poniendo solo una aguja en lugar de dos. El reloj no iría de 1 a 12, sino de 0 a 85 ( que es la esperanza de vida de la población ) e indicaría, pues eso, el tiempo de nuestra vida en el que estamos...así a los 20 uno estaría en su adolescencia, a los 40 en sus crisis correspondientes, etc... con ese reloj, aunque suene un poco lúgubre, la gente tendría un recordatorio de la muerte que intensificaría las ganas de vivir. Sin embargo he pensado que el reloj podría detenerse e incluso ir hacia atrás. Por ejemplo si uno tuviera un trabajo muy monótono y aburrido por muchos años, leyera cada día la sección de fútbol de un periódico o estuviera haciendo 5 masters de marketing consecutivos en varias prestigiosas escuelas de negocios , el tiempo se detendría o iría hacia atrás. Así sería posible llegar a los 85 años habiendo vivido solo 20, por ejemplo. Entiendo que mirar un reloj así podría parecer poco práctico…pues la aguja se movería muy imperceptiblemente…pero aquí introduciría otra innovación: el fondo del reloj sería una pantalla que cambiaría de color, cuando estuviera verde significaría que vivíamos plena e intensamente ( y por tanto podíamos llegar a la sabiduría de los 85 a los 30, por ejemplo ), sin embargo si el fondo se tornara rojo significaba que se estaba parando el tiempo. Los sensores del reloj ( de los ritmos biológicos, ondas eléctricas del cerebro , flujos hormonales de la sangre, cambios temperatura de la células de la piel ) se desarrollarían para tener una idea aproximada de cuando estamos avanzando o fosilizándonos.
ResponderEliminarA mí me parece, por lo que dices, que eres una persona muy creativa. Y original, además. Quizás te interese este video del gran Luis Pescetti: https://www.youtube.com/watch?v=aof7z1A98j4#t=545
ResponderEliminar(A partir de la mitad más o menos).
Me encanta tu trabajo y tu manera de pensar
ResponderEliminar¡Gracias! Ahora no estoy muy activa, pero te agradezco tus palabras.
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