Hoy me he despertado con los cables cruzados. Tengo que hacer un esfuerzo para serenarme y pensar en positivo. Ver el vaso y alegrarme, para empezar, de que haya un vaso; y luego ya, si eso, agradecer que esté medio vacío o medio lleno porque, al fin y al cabo, las cosas (y el agua por encima de todas) va cambiando a cada rato. Be water, my friend!. Además, algo bueno es que, por culpa de este estado de ánimo azuloscurocasinegro, me acabo de acordar de un cuento de Gianni Rodari que me gusta mucho. Se titula El sol y la nube y me calza como un guante: dentro de mí hay una nube fastidiosa, es cierto, pero también un sol que va lo suyo y no se distrae con tonterías. Ojalá que a vosotros, como a mí, os ayude el maestro Rodari a disfrutar de la luz de este domingo de primavera. Y, si puede ser, desparramaos generosamente.
Ilustración de Catrin Welz-Stein (imagen procedente de https://es.pinterest.com/pin/416020084305896214/)EL SOL Y LA NUBE
En los viñedos cada grano de uva que maduraba sobre los sarmientos robaba un rayo al minuto, o también dos; y no había una brizna de hierba, o araña, o flor, o gota de agua, que no se tomase su parte.
Gianni Rodari, Cuentos por teléfono ( Ed. Einaudi, 1962) Here Comes the Sun from Russell McKenzie on Vimeo. |
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