Empieza hoy el Año Nuevo chino. Bajaré a husmear qué hacen mis vecinos, los adolescentes que regentan el bazar chino de debajo de mi casa (quizá "regentar" sea un poco exagerado, porque el negocio es de sus padres -o tíos o tutores o lo que sea-, pero, los fines de semana, la tienda es el lugar donde ellos solos se mueren de aburrimiento con una sonrisa en los labios durante doce horas al día). Me caen bien estos chavales. Creo que son un poco rebeldes porque son emo y se visten como japoneses góticos. También son muy amables y se quedan con tu cara. Por no mencionar esa memoria prodigiosa que les hace recordar que el betún para zapatos está situado dos estanterías detrás de los trapos de cocina, entre los lápices de colores y la lencería.
Este post con cuento chino se lo dedico a ellos. Para que saquen un día al dragón que llevan dentro, cierren la tienda un rato y se vayan por ahí a bailar o a encender farolillos rojos. ¡Feliz año del caballo, chicos!
No viene a cuento (...) de tu entrada pero así no te quejarás de que no te leemos: no hagas caso y ve a ver Saving Mr. Banks, la de la venta de los derechos de Mary Poppins a Disney. O me pilló el día muy tonto o es una joya, en cualquier caso la Thompson se sale y Tom Hanks, como siempre, más allá del bien y lo mejor. Y desde luego en v.o.
ResponderEliminarFelicidades a los chinos, claro.
Estoy triste por Phillip Seymour Hoffmann...No viene a cuento, pero tendré que volver a ver "Magnolia". Es una película espiritual. Profunda y con final feliz como un cuento de hadas.
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