domingo, 3 de agosto de 2014

El pájaro voló

Pintura de Nabil Anani 
Mientras escribo, tranquilamente sentada en el sofá , la población civil de Gaza está siendo bombardeada por el ejército de Israel. Se trata, según deduzco por los titulares (las noticias apenas las leo), de una ofensiva destinada a acabar con Hamás, un grupo terrorista que atenta contra ciudadanos israelíes y que dispone de una gran infraestructura para cometer sus crímenes. No soy para nada una experta en el tema, así que lo único que voy a decir es que me resultan insoportables las imágenes de tanto dolor. Y no me puedo imaginar cómo eso puede derivar en algo positivo para ambas partes en un futuro. Tal como yo lo veo, es horror para hoy y para mañana.

Dicho esto,  sé que puede parecer frívolo hablar de literatura en una situación como ésta: ¿Qué cuento se le puede contar a un niño amenazado por las bombas (según Oxfam Intermon, de media, muere un niño cada hora en la Franja de Gaza desde que el ejército israelí inició los ataques) ?  ¿Hay palabras para reconfortar a alguien que ha perdido a un ser querido de la manera más brutal ? Seguramente no; al menos, no, mientras la tragedia sea realidad cotidiana. Sin embargo, a pesar de todo, me gustaría daros a conocer hoy  estos  Cuentos de Palestina (Biblioteca de las Grandes Naciones, 2013) compilados por el escritor vasco Xavier Susperregui y prologados por Montserrat Rabadán (experta arabista y autora, entre otras, de la antología Cuentos palestinos de tradición oral.¿A dormir o a contar? -Ed. Cantarabia, 2002-). Pinchando en el enlace que os doy, encontraréis una versión digital, gratuita y legal de la obra.

En la introducción de Cuentos de Palestina, dice Rabadán:
Contar, narrar forma parte de la esencia humana. Sin la narración no somos nadie. Ya alguien dijo que "somos lo que contamos", y sin duda es así. Y tal vez, el que no cuenta deja de existir. Por eso es tan importante que este maravilloso ensamble de cuentos que Xabier Susperregi nos ofrece aquí siga leyéndose y contándose, para que este aspecto tan esencial y bello de lo palestino se conozca y se difunda, siga vivo, y no sea aniquilado o arrebatado, como, por desgracia, sí que ocurre con la dignidad y la propia vida palestina del día a día.

Ojalá que así ocurra, pero sobre todo, deseo al lector que se deje arrastrar por el fascinante mundo del cuento palestino con todos sus variopintos personajes maravillosos como los ogros (gul), sobrenaturales como los genios (yinn), semi históricos como el divertido Joha. Otra cosa muy importante, que el lector no debería dejar pasar por alto, son, no solo los aspectos diferentes de la otra cultura, en este caso la palestina, sino los elementos comunes y universales, existentes en todas las tradiciones orales, esos que nos acercan a todos, que nos recuerdan que, en el fondo, no somos tan diferentes, sino más bien bastante iguales. Por esa razón es posible que "Hudaydón, Turaybón y Nujaylón y la gula", no sean otros que los famosos tres cerditos y el lobo, como inmediatamente apreciará el lector. Al igual que "La cabra cabrita" no es otra que la versión palestina de los siete cabritillos y el lobo de la tradición europea.  

Obra  de Juhaina Habibi 
imagen extraída de
 http://www.ibdaa-art.com/ar/gallery.asp?cid=5#thumb
Sin más preámbulos, les invito a que se adentren en la lectura de estas bellas y singulares historias. Pero antes me despido con una bellísima fórmula de cierre, común en los cuentos maravillosos palestinos:
Wa tara at-tir, Allah yumassikum bil-jayr!

¡El pájaro voló, buenas noches os dé Dios!

Montserrat Rabadán Carrascosa, 27 de Febrero de 2013

Me gusta mucho lo que dice Montserrat Rabadán. Me hace pensar en los palestinos como un pueblo como otro cualquiera,  con sus cuentos, su imaginario, su sabiduría destilada. No sólo como víctimas del abuso de poder y la violencia (lo que, por otra parte, siendo terrible como es,  no los hace únicos. La injusticia campa por sus fueros afectando a todo tipo de colectivos), sino como personas capaces de aportar algo valioso al mundo, algo que nos beneficia a todos de un modo u otro...Ojalá, aunque no soy muy optimista al respecto, haya pronto paz en Gaza. Aunque sea por razones puramente egoístas,  no podemos permitir que este pájaro vuele lejos para siempre.

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