sábado, 16 de agosto de 2014

La música del azar

Hoy he tenido un buen día de pesca. No es tan fácil, navegando por internet, encontrar un caladero de poemas que no sean tristes, que no sean cursis, que no estén penosamente traducidos. Así que estoy muy contenta porque he ido a parar aquí y he pillado un pez gordo, un Big Fish.  Es de la poeta norteamericana -aunque nacida en Alemania - Lisel Mueller (Hamburgo, 1924) y puedo asegurar que le seguiré la pista (aparentemente, no hay muchos poemas suyos en castellano). Cuanto he leído de su obra hasta ahora me ha parecido una delicada, sutil, celebración de la vida; de la vida pequeña, no del éxtasis o  las grandes pasiones, y eso (me) hace bastante falta. En concreto, me encanta esta composición de aquí abajo, que acompaño con un par de ilustraciones de Phoebe Walh, una joven artista del oeste de Estados Unidos que pinta un mundo en el que no me importaría habitar en mi próxima reencarnación.  
Vivos juntos

Collage de Phoebe Walh (2012)
Hablando de maravillas, estoy viva
junto a ti, cuando podría haberlo estado
con cualquier otro bajo el sol,
cuando podría haber sido la mujer de Abelardo
o la puta de un papa del Renacimiento
o la esposa de un campesino sin suficiente comida
ni suficiente amor, mis hijos muertos
de peste. Podría haber dormido
en un nicho junto al hombre
de la nariz de oro, que se entrometía
en los asuntos de las estrellas,
o cosido una bandera estrellada
para un general con dientes de madera.
Podría haber sido la ejemplar Pocahontas
o una mujer sin nombre
llorando por mi marido
en la cama del Amo, intercambiada por una mula
mi hija perdida en una apuesta de borrachos.

Ilustración de Phoebe Walh
Me podrían haber atado a un tótem
para aplacar a un dios vengativo
o abandonado, niña inútil,
a mi suerte en un acantilado. Me gusta pensar
que podría haber sido Mary Shelley
enamorada de un ángel testarudo,
o una amiga de Mary. Podría haber sido tú.
Este poema es interminable, son infinitas las probabilidades en nuestra contra,
nuestras oportunidades de vivir juntos
estadísticamente inexistentes;
aún así lo logramos, estar vivos en una época
que, según racionalistas con sombreros cuadrados
y Testigos de Jehová sin sombrero,
está por terminar,
vivos con nuestros vivaces hijos
que —por interminables hubieras—
podrían haberse perdido de estar vivos
junto con maravillas y locuras
y anhelos y mentiras y deseos
y error y humor y piedad
y viajes y voces y caras
y colores y veranos y mañanas
y saber y lágrimas y azar.

Lisel Mueller (Traducción de Coral Ruvalcaba)

PD: No tengo nada en contra de los poemas tristes, los hay magníficos. Pero creo que mantenerse en la tabla de surf de la alegría y la gratitud, con los vientos huracanados que soplan, es muy meritorio.

PD2: El título de esta entrada, algunos os habréis dado cuenta, se lo he robado a Paul Auster, que, además de ser guapo, titula de maravilla.

4 comentarios:

  1. Desde el Ramis:
    A tiempo revuelto, ganancia de pescadores.

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  2. pensar que podría ser peor es una forma de optimismo

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  3. Celebrar el ahora es una forma de optimismo. Mira què he trobat: https://www.youtube.com/watch?v=FY22Pc9hbWo&index=2&list=PLC61088EA80BCD570

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