domingo, 9 de noviembre de 2014

Tu recuerdo es de luz

Ilustración de Alexandra Prillaman




Te recuerdo como eras en el último otoño.
Eras la boina gris y el corazón en calma.
En tus ojos peleaban las llamas del crepúsculo
y las hojas caían en el agua de tu alma.

Apegada a mis brazos como una enredadera,
las hojas recogían tu voz lenta y en calma.
Hoguera de estupor en que mi sed ardía.
Dulce jacinto azul torcido sobre mi alma.

Siento viajar tus ojos y es distante el otoño:
boina gris, voz de pájaro y corazón de casa
hacia donde emigraban mis profundos anhelos
y caían mis besos alegres como brasas.

Cielo desde un navío. Campo desde los cerros.
Tu recuerdo es de luz, de humo, de estanque en calma!
Más allá de tus ojos ardían los crepúsculos.
Hojas secas de otoño giraban en tu alma.



PD: Vale, el sentido del poema no se corresponde con la imagen. Uno habla de finales y la otra sugiere un principio o una plenitud. Pero a mí me parece que el otoño todo lo abarca. O, como se dice en el Tao Te Ching, "Cuando las personas llegan a saber lo que es bello, aparece también la noción de lo feo. Cuando llegan a saber lo que es bueno, aparece también la noción de lo malo./De esta manera existencia e inexistencia, lo difícil y lo fácil, lo largo y lo corto, lo alto y lo bajo, permiten conocer mutuamente lo uno y lo otro./Los diferentes sonidos, uniéndose, crean la armonía./De la misma manera, lo anterior y lo siguiente van uno tras otro armoniosamente."

2 comentarios:

  1. Desde el Ramis.
    También puede ser al revés, conociendo lo malo, lo feo, etc.; se puede vislumbrar lo bueno, lo bonito,…

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  2. Sí, eso es lo que quería expresar: lo bueno y lo malo; lo fácil y lo difícil; los principios y los finales...forman un círculo eterno, una danza.

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