domingo, 30 de agosto de 2015

El taller de las mariposas

"Ten paciencia con todo lo que siga sin resolverse en tu corazón. Intenta amar las propias preguntas, como habitaciones cerradas y como libros escritos en un idioma extranjero. Si vives en la pregunta, tal vez algún día, de forma paulatina, sin siquiera darte cuenta, sentirás la respuesta."
 
 
Se acaba agosto...¡qué penita!. Aunque tengo que reconocer que el calor de estos meses de verano no es lo mío, siempre me da vértigo pensar en lo rápido que pasan las vacaciones y lo poco que siento que me han cundido. Me gustaría haber leído y escrito mucho más, por ejemplo; pero es que hay días en los que, ni con todo el tiempo del mundo, soy capaz de concentrarme. Días y días en los que no se me ocurre nada o, si se me ocurre, no encuentro las palabras para expresarme.
A propósito de esto, hay un cuento para niños de Gioconda Belli que siempre me consuela. En español (la primera edición fue en alemán), se titula El taller de las mariposasSu autora lo publicó en 1994 y Barbara Fiore lo reedita regularmente en España  (la última vez, el año pasado).
El taller de las mariposas trata acerca de Odaer y su grupo de amigos febrilmente creativos. Ellos se sienten muy frustrados por no poder dar vida a todas las cosas que se inventan, la mayoría de las cuales contradicen la armonía natural de la creación (¿os imagináis que los árboles cantaran?. Pues ellos, sí). Un día, la Anciana encargada de la Sabiduría, alarmada por las ocurrencias de estos chicos, decide castigarlos relegándolos al Taller de los Insectos, que es un lugar que los Diseñadores de Todas las Cosas consideran muy poco prestigioso. Allí Odaer y su pandilla de inadaptados no cejarán en su empeño de fusionar lo infusionable y, así, llegan a concebir seres insólitos y formidables como la Luciérnaga, el Escarabajo, la Abeja, el Saltamontes...Sin embargo, Odaer sigue insatisfecho, su sueño es muy ambicioso: diseñar una criatura que sea una mezcla entre un pájaro y una flor. 

Ilustración de Wolf Erlbruch para El Taller de las mariposas,

Odaer es terco, tiene un propósito y, al final, encontrará el golpe de inspiración que necesita. Pero eso sucede luego de charlas, vagabundeos y experimentos fallidos. Y es que así es como funciona. Lo intentas y lo vuelves a intentar y..., al cabo de un tiempo, donde hubo una oruga, aparece una mariposa. No se puede forzar, no es posible ir más deprisa. Sobre todo porque, si corremos demasiado, podemos perdernos la ocasión de incurrir en  errores que, definitivamente, vale la pena cometer.

PD: Os dejo un vídeo en el que las integrantes de Cuentos de Sobremesa (echadle un ojo a su pàgina-web, ¡tienen un proyecto muy interesenta entre manos!) presentan su versión de este libro con juegos, títeres y música en directo. Porque, como también (y tan bien) se nos explica en El Taller de las Mariposas, la creatividad de uno puede encender la creatividad de los demás.

 
 

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