sábado, 12 de abril de 2014

La vida a los 13¾

Imagen procedente de
 http://bookaholic.ro/de-citit-cu-lanterna-sub-plapuma.html


Ha muerto Sue Townsend, la autora de El diario secreto de Adrian Mole. Se publican tantas tonterías bajo la consideración de 'literatura juvenil', que cuando comparo lo que, en muchos casos, tienen que leer mis alumnos con lo que yo tuve la oportunidad de leer en su día, me siento afortunada. 
Y, de entre todos los libros que leí en mi lejana pubertad, algunos de los que recuerdo con más cariño son precisamente los primeros volúmenes  de la saga  que  Townsend dedicó a las andanzas de ese adolescente del extrarradio, miembro de una familia disfuncional de clase obrera en la Inglaterra de los años 80 (más tarde, la autora escribió otros, con el mismo protagonista, pero dirigidos a un público adulto). 
¡Qué risa, por Dios!. Y qué retrato tan agudo e impregnado de ironía y conmiseración. Adrian es muy gracioso, tragicómico y tierno. Sobrevalora enormemente sus talentos, eso sí (quiere ser poeta y escritor de novelas, por lo que lee compulsivamente todo lo que cae en sus manos sin entender de la misa la media). Con el tiempo, su peripecia deviene cada vez más oscura (divorcios sucesivos, muertes...), pero él se aferra a los sueños, como un don Quijote de andar por casa, con su íntimo amigo gay, Nigel, como escudero y su Dulcinea feminista, Pandora Braithwaite, siempre en el pensamiento.
Es una lectura recomendable para cualquier edad, así que aquí os dejo un PDF con el primer tomo de estas memorias, por si os apetece adentraros en el mundo -mitad sórdido, mitad entrañable- de un chaval inglés de 13 años y ¾ (por cierto, si Adrian fuera de carne y hueso ahora tendría ya 47). Y os dejo también la entradilla de la serie televisiva basada en el personaje que Thames Television produjo entre 1985 y 1987 (cuando todavía se consideraba que a los adolescentes les podía interesar algo más que historias de vampiros lánguidos y cosas que explotan).



En fin, hoy, como diría Adrian, "estoy triste y, una vez más, me he vuelto hacia la gran literatura para consolarme. No me sorprende que los intelectuales se suiciden, se vuelvan locos o mueran a causa de la bebida. Nosotros sentimos cosas que no sienten los demás. Sabemos que el mundo está podrido y que las barbillas se estropean con las espinillas". 
Muchas gracias, Sue Townsend,  por compartir tu visión y sentido del humor con nosotros. Buen viaje. 

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