viernes, 5 de diciembre de 2014

Lo que cuenta es la intención

Ilustración realizada por supercursi
Ya, ya sé: comprar por decreto, porque sí, porque es Navidad es una costumbre bastante pesada. Antiguamente, cuando uno esperaba todo el año para tener un juguete nuevo o estrenar un par de zapatos, seguro que concentrar las compras en un determinado momento del año tenía sentido y era emocionante. Pero, ahora que hay menos restricciones en ese aspecto y somos espoleados a consumir sin pausa, me da pereza y hasta un poco de vergüenza participar en este despilfarro colectivo. De hecho, la única razón de este post es que, gracias a las ventas navideñas, artistas y artesanos estupendos pueden pasar el invierno. Vale la pena recompensar su esfuerzo y su talento. Y, bueno, la verdad es que lo que crean  tiene alma y no se puede ni comparar a lo que encontramos en las grandes superficies.

Taza ilustrada por Carme Solà
Sin ir más lejos, estas fechas pueden servir de excusa para hacernos con algún objeto decorado por un ilustrador profesional. En este sentido, me gustan las tazas vitalistas de Mónica Carretero y los dibujos delicados con los que Carme Solà ha adornado las suyas. Imagino que, desayunando con estas imágenes ante los ojos, nuestro nivel de optimismo matutino puede incrementarse bastaste. Si vivís en Segovia (yendo al taller) o en Barcelona (en El Celler de la calle Entença), podréis ahorraros los disuasorios gastos de envío; en caso contrario, pensad que por poca diferencia  haréis un regalo único.

Pulsera diseñada por Tere Reyes a partir de un dibujo infantil



Hablando de regalos únicos: hay al menos un par de buenas razones para darse un paseo (aunque sea virtual) por el Fantàstic Handmade Market Barcelona. Uno son las joyas que Tere Reyes elabora a partir de las palabras y dibujos de nuestros seres queridos (hay que encargarlas con antelación, pero esperar al resultado debe de ser parecido a esperar un talismán intrasferible) y, otra, los personajes que habitan en los accesorios y postales de Noesmind: no existen en la realidad, pero me encanta que existan en alguna parte.
Bolsa con asas decorada por N's M



Cucharas creadas por Cerámica Artística Micazuki










Por otro lado, se me ocurre que si Ricitos de Oro hubiera probado las sopas de los osos con las cucharas de cerámica que crean Miguel y Saika, todas le hubieran sabido bien. No lo digo por decir: tengo un bol de los suyos y la comida que pongo en él jamás defrauda (incluso si no es demasiado impresionante, el recipiente consigue darle un aire atractivo, lo que nunca viene mal -como saben los grandes chefs y la bruja de Hansel y Gretel-). Os animo a que visitéis su página. Veréis que, aparte de todo y no sé cómo, las piezas de Micazuki dan ganas de cocinar algo que no engorde.

Finalmente, me gustaría sugeriros la posibilidad de hacer un regalo original: pasar un rato con mi amiga Maribel Montesinos y su cámara. Si conocéis a alguien que esté viviendo un momento especial (un amor, una  maternidad, una paternidad, un viaje, un proyecto o, simplemente, la alegría de estar vivo), Maribel puede inmortalizarlo con arte y sentimiento por un precio razonable. Hacerse fotos de calidad parece totalmente innecesario en los tiempos que corren, pero dentro de unos años nos asombraremos de lo poco que nos evocan los selfies y echaremos de menos tener al menos un par de imágenes de eso que somos cuando no posamos.

Para terminar, os dejo con un pequeño relato que expresa bien lo que siento a veces estos días cuando paseo por el mercado de artesanía que han montado en mi ciudad:

Introducción a la Historia del Arte

Ceno con Nicole y con Adoum.
Nicole habla de un escultor que ella conoce, hombre de mucho talento y fama. El escultor trabaja en un taller inmenso, rodeado de niños. Todos los niños del barrio son sus amigos.
Un buen día la alcaldía le encargó un gran caballo para una plaza de la ciudad. Un camión trajo al taller el bloque gigante de granito. El escultor empezó a trabajarlo, subido a una escalera, a golpes de martillo y cincel. Los niños lo miraban hacer.
Entonces los niños partieron de vacaciones, rumbo a las montañas o  el mar. 
Cuando regresaron, el escultor les mostró el caballo terminado. Y uno de los niños, con ojos muy abiertos, le preguntó:
-Pero... ¿Cómo sabías que adentro de aquella piedra había un caballo?

2 comentarios:

  1. ¡Hola! Gracias por hacer circular la imagen :) Tienes razón de que da hasta vergüenza participar en esta especie de gimkana de consumo porque sí; yo al menos así lo siento y trato de consumir de la forma más responsable que puedo.

    ¡Un saludo!

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  2. ¡Hola! Gracias por crear la imagen y compartirla. La encontré hace tiempo y me la guardé porque sabía que algún día hablaría un poco de eso. Admiro a la gente que hace cosas con las manos y creo que es una pena que consumamos tantos productos hechos en serie y tan a lo loco. ¡Viva los artesanos y las tiendas pequeñas!. ;)

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