lunes, 4 de noviembre de 2013

Luz de sombra derramada (thanks, Lou Reed)

Iba a decir que la cuentoterapia es una terapia novedosa que consiste en utilizar los cuentos con fines de autoconocimiento y sanación, pero eso no es verdad. La cuentoterapia, en realidad, es antiquísima, aunque sea mérito de Lorenzo Hernández Pallarés el haber acuñado el término y, junto a un pequeño grupo de psicólogos y especialistas, haber sentado las bases de esta disciplina.

Esto tendría muy poco que ver con Lou Reed (Nueva York, 1943-2013), quien nos ha dejado hace unos días, si no fuera porque en el último taller de Lorenzo al que asistí en Barcelona, “Lo rechazado. El encuentro con la sombra”, tratamos acerca de algo sobre lo que Lou sabía un montón: nuestra relación con el lado salvaje de la vida. 

Caratula frontal del álbum Lou Reed-Transformer (1972)
El concepto sombra, sobre el que no voy a    extenderme -porque, además de escribir un blog, intento tener una vida-, es hoy en día harto familiar para las personas que frecuentan la lectura de textos de psicología y autoayuda. También es un concepto muy antiguo y muy presente en la cultura occidental (la eterna lucha entre el Bien y el Mal, que tanto bien y tanto mal nos ha hecho, está en la Biblia, sin ir más lejos, y tiene mucha relación con esta dualidad que implica la existencia de la sombra). En psicología, grosso modo, la sombra es lo que su propio nombre indica: una zona oscura, no alcanzada por la luz, cuya forma muestra de, manera más o menos distorsionada, la misma silueta del cuerpo que la proyecta. Es decir, que la sombra de un individuo vendría a ser él mismo, pero en la tiniebla y deformado, y estaría integrada por rasgos de personalidad ocultos o reprimidos. Estos rasgos, ojo, no son necesariamente negativos. Alguien que haya, por ejemplo, crecido en un entorno donde se evitaba el contacto físico, no se manifestaban emociones como el cariño y haya interiorizado esto como positivo, puede albergar en su sombra una capacidad para dar y recibir afecto totalmente inexplorada.- En fin. Espero que Carl Gustav Jung no se revuelva en su tumba por esta explicación tan somera-.

A lo que iba: la sombra, su reconocimiento, la lucha contra ella, la integración de la misma, etc...se diría un asunto exclusivamente adulto, algo a lo que nos enfrentamos cuando ya tenemos una edad. Sin embargo, contra todo pronóstico, es un tema muy caro a los autores de literatura infantil y juvenil y lo encontramos, con intención y resultados diversos, en los cuentos de hadas tradicionales, en cuentos de autor como Peter Pan y Wendy, Las aventuras de Pinocchio o El Mago de Oz, y en novelas juveniles contemporáneas (toda la saga de Harry Potter, por ejemplo, abunda, en su trama y subtramas, en este encuentro del héroe con su lado oscuro). Y tengo la impresión de que esto es así no por casualidad, sino porque acaso ésta sea la lucha definitiva. Sólo quien se mira al espejo y tiende la mano a su reflejo distorsionado puede obtener el tesoro que le está destinado (las perlas de la sabiduría, el collar sagrado, la corona). 

Y ahí es donde, por fin, regresamos a Lou Reed, esa tenebrosa aparición vestida de cuero negro, cuya música y vida artística, improbablemente hermosas, resuenan en nosotros como manifestación de la sombra en plenitud. Porque la sombra es de veras oscura, pero “permanece conectada con las profundidades olvidadas del alma, con la vida y la vitalidad; ahí (donde) puede establecerse contacto con lo superior, lo creativo y lo universalmente humano” (Liliane Frey-Rohn).
  
Así que, gracias, Lou, por tu sombra y por la luz de tu sombra derramada sobre nosotros.

Y ya no digo nada más, pero os dejo con una canción de Velvet Underground y su aSOMBRosa letra:

I'll be your mirrow (Seré tu espejo)

Yo seré tu espejo                                                         
Reflejaré lo que eres, en caso de que no lo sepas
Yo seré el viento, la lluvia y la puesta del sol
La luz en la puerta para mostrarte que estás en casa

Cuando pienses que la noche ha visto tu mente
Que dentro eres retorcido y cruel
Déjame quedarme para mostrarte que estas ciego
Por favor, baja las manos
Porque te veo

Me resulta difícil creer que no sepas
Lo bello(a) que eres
Pero si no, déjame ser tus ojos
Una mano en la oscuridad, para que no tengas miedo

Cuando pienses que la noche ha visto tu mente
Que dentro eres retorcido y cruel
Déjame quedarme para mostrarte que estas ciego
Por favor, baja tus manos
Porque te veo


Yo seré tu espejo
(Créditos: Lou Reed. Intérprete: Nico).


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